[CUERPOS FRONTERA / METACUERPO__Morfogénesis 4.0.0]
ANTICUERPOS
DE VIGILANCIA Y CONTROL __MICRODANZAS
una tecno-guerrilla del cuerpo post-queer
_cuerpo mínimo_trans-intimidad_trans-osmosis_

una metaformance transmedia
de

REVERSO___Jaime del Val & OLINTO    

Concepto y desarrollo: Jaime del Val
Performers: Olinto y Jaime del Val
Composición visual, sonora, espacial y textos: Jaime del Val
Programación Informática: Jaime del Val sobre un programa creado por Gregorio García Karman para REVERSO.
Attrezzo: Higuerasarte
Producción: REVERSO

ANTICUERPOS DE VIGILANCIA Y CONTROL_MICRODANZAS es una metaformance transmedia (performance, instalación, intervención, arquitectura, instrumento, proceso, metacuerpo) que utiliza múltiples cámaras de vigilancia inalámbricas colocadas sobre el cuerpo desnudo como interfaz: las imágenes capturadas se analizan en tiempo real en un sistema de vigilancia intensivo especialmente diseñado cuyo fin es traducir los datos de análisis del movimiento en la generación de entornos intersensoriales, analógico-digitales, interactuales y emergentes, como una extensión del propio cuerpo, espacios líquidos y poéticos del cuerpo en movimiento, espacios liminales en la frontera de la inteligibilidad, una coreografía radical de la cámara, en los que se subvierte la tecnología de la cámara (de vigilancia) para cuestionar los mecanismos de control y poder implícitos, desafiar las categorías de género y sexualidad, cuestionar los mecanismos de producción estándar del deseo, los afectos y los cuerpos en el neoliberalismo y disolver las anatomías disciplinares del cuerpo social.

ANTICUERPOS es un IIBSS (Inverse Intensive Body Surveillance System) o
SIIVC (Sistema Intensivo Invertido de Vigilancia Corporal ) tambien llamado SAV (Sistema de Anti-vigilancia) o ASS (Anti-surveillance System) así como SAR (Sistema Anti-representación) o ARS (Anti-representation System). Tambien es un APA (Aparato de Producción de (meta-)Anatomías), un APC (Aparato de Producción de (meta-)Cuerpos), un APS (Aparato de Producción de (meta-)Sexos), y un APG (Aparato de Producción de (meta-)Géneros). Su utilidad consiste en producir un cuerpo imposible, inmune a la vigilancia, irrepresentable, inmune a los códigos de la representación y la norma cultural, un (meta)cuerpo de intensidades relacionales, expandido y difuso, post-queer, pandrógino, pangénero y metasexual, un Anticuerpo que desafía los dispositivos víricos de significación, control y estandarización de la sociedad-mercado neoliberal.

ANTICUERPOS es un laboratorio de producción de nuevas (anti-)anatomías del cuerpo y nuevas arquitecturas del post-sujeto, de nuevos (anti-)órganos sexuales y afectivos, (meta-)sensoriales e intensivos, nuevas máquinas deseantes de la (anti-) representación: una nueva economía política del cuerpo social. Un laboratorio de producción de cuerpos post-anatómicos, cuerpos amorfos en morfogénesis permanente. Un espacio-cuerpo minimal para la emergencia de cuerpos relacionales, afectivos, deseantes, intensivos; espacio trans-intimo en el que se negocian las fronteras de la intimidad, donde el espacio-cuerpo relacional respira en una nueva clase de (trans-)Osmosis.
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Una videocámara inalámbrica de vigilancia apunta de muy cerca a mi ano-genitales, o a otra parte del cuerpo, puede ser, no la reconozco, me muevo a través de esa imagen extraña hasta que conecto con ella, me convierto en ese cuerpo otro que es un fragmento de este cuerpo, traspuesto, transformado. La coreografía radical de la cámara me traspone y devengo ese cuerpo otro, que se escapa de la piel del sujeto, caída libre del sujeto en el abismo, planeo libre del cuerpo en el movimiento involuntario que se realimenta en los circuitos de autoproducción de ese cuerpo intensivo y fragmentario, en la retroalimentación entre su sistema propioceptivo y su desplazamiento a ese cuerpo otro, de la imagen, que es a su vez un fragmento de este cuerpo, pero que se ha convertido en un ente autónomo que anima este cuerpo zombie enactivándolo desde dentro, interfiriendo en su campo reflexivo y relacional de fuerzas, rehaciéndolo en un terreno que excede y desborda, ciega y enmudece al sujeto y su afán de territorializar; la superficie visual amorfa de la imagen se torna intensidad, interioridad pura de los afectos, o mejor, pura intensidad de relaciones y vectores infinitos de intensidad. Cuádruple coreografía: de la cámara sobre el cuerpo, de la iluminación, de las microdanzas del cuerpo y de la proyección. El cuerpo se proyecta y proyecta su propia imagen traspuesta, fragmentada, que es ya la de un cuerpo otro. Las proyecciones me envuelven, a mi, al otro metaformer y al público interactor, en el espacio, como una arquitectura del cuerpo, el espacio ha devenido todo él ano-genitales, o otra parte del cuerpo indefinida, proto-anatomía. Mi ano-genitales y los suyos se acercan, microdanzan juntos, somos un metacuerpo. Luego es una mano del público interactor, un fragmento incierto traspuesto en el paisaje. Al moverse mi voz se procesa: la imagen de mi ano-genitales o de otra parte del cuerpo, está siendo analizada en tiempo real, los parámetros del movimiento, hasta 20 diferentes, que resultan del análisis, no se envían a ninguna base de datos corporativa para rastrear la actividad, cosa imposible ante una imagen casi abstracta que no delata ninguna significación en mis movimientos, en mis microdanzas. No, los datos se envían a otro ordenador que procesa mi voz en función del movimiento. Pero, ¿es mi cuerpo, es mi voz? ¿O es un cuerpo otro y una voz ajena en la que me transduzco? Quien produce el sonido, mi garganta o mi ano-genitales, o otra parte del cuerpo, otro cuerpo transformados, cuasi-ilegible, anti-anatomia. ¿Qué cuerpo musical está en funcionamiento? El sonido procesado se convierte en un coro de múltiples voces, se espacializa, granula, retarda y multiplica interactivamente en tiempo real, la voz emite solo la materia prima, que luego la danza del ano-genitales o de otra parte del cuerpo, transforma, escuchamos un nuevo lenguaje musical, corporal, espacial, visual, transmedial, transcorporal, transanatómico. ¿Qué clase de música es esa? ¿Que clase de cuerpo la produce? ¿Tiene un género y sexo definidos? ¿Es su género y su sexo el nuevo instrumento musical? ¿Una nueva realidad difusa y no identitaria que me posee? ¿Quien se mueve, donde está la agencia, puedo rastrearla en un yo, o hace tiempo que este ha desaparecido por completo? ¿Es música y coreografia, imagen y arquitectura post-porno, post-queer, post-género, trans-género, post-sujeto? ¿Es música visual o post-visual, espacial o post-arquitectónica, corporal y gestual o postcoreográfica? Es imposible reastrear a ciencia cierta un significado para este cuerpo, me escapo y me desbordo en direcciones y potenciales infinitos, en la frontera de la inteligibilidad, de lo imaginable y lo posible, en los vectores de la mirada deseante, fragmentaria, de proto-gestos no sedimentados, en morfogénesis permanente, que atentan contra la escucha, la visión, la propiocepción, porque dinamitan la arquitectura disciplinar sensorial y política del cuerpo, pero al mismo tiempo se/te/me desbordan con un flujo de intensidades nuevo: un cuerpo-frontera, un anticuerpo, un metacuerpo.